Hoy retomo vuestras ideas, esas que le compartís a mis compis por instagram. Y vamos con la de Sarai, que se casa el próximo 20 de Junio en Arcos de Quejana.

Esta semana toco un tema que me encanta, en el que me entrego a pasión y en el que en más de una ocasión he acabado llorando de emoción: la oficiación de una boda.

Por aquí os dejo este maravilloso vídeo que me regaló mi compañero Iñigo de Visión Alternativa en el que me podéis ver oficiar:

//www.youtube.com/watch?v=e61CVeIi8JY&t=

Hablando del protocolo, mi opinión es que hoy por hoy las bodas son tan personalizadas que no existe un protocolo cerrado, diría que más bien existe una guía de consejos. Pero cada pareja sois un mundo y cada historia es particular.

Este es mi punto de partida:

  • Introducción a la ceremonia de boda. Donde damos bienvenida y donde cabe la mayor personalización, pudiendo contar vuestra historia y añadiendo guiños a otros grupos de invitados o familiares. Es muy importante resaltar lo que es un guiño: hechos que no relatan la historia en si, pero que generan risas en un grupo de personas que vivieron dicha historia. Imagina que 10 amigas fuisteis a París en una ocasión, y una noche Naiara se perdió o quiso perderse con aquel rubio de ojos azules… desde entonces siempre habéis hecho bromas al respecto. Podríamos hacer un guiño tipo: “Ahora comienza frente a vosotros un viaje lleno de sorpresas, así como perderse por calles parisinas donde nadie diría que pudieras encontrarte a un bello surfero de ojos azules y es que, eso es el matrimonio, desde momentos que pondrán a prueba vuestras fuerzas a situaciones que os harán vivir mil y una aventuras”. Estos comentarios generan risas en un grupo de personas y mantenemos al resto enganchados con el efecto “de qué se ríen”… en el cocktail será la comidilla.
  • Acta matrimonial y código civil. Esta parte da empaque a la ceremonia, no es para nada obligatoria. En la mayoría de casos es un trámite para que “los abus” estén tranquilos sabiendo que os estáis casando en ese momento. Si no tenéis este tipo de presiones, se puede suprimir sin problema.
  • Si quiero en bodas. Si no queremos ser muy tradicionales, podemos sustituir el “si, quiero” por votos personalizados. “Prometo seguir dejándote comer un paquete entero de galletas príncipe y después animarte en tu culpa, prometo seguir dejándote ir a surfear sólo si hace bueno… por todo ello, si, quiero.” He visto escenas preciosas y divertidas como estos votos que saco de la boda de Mikel y Cynthia en Castillo de Arteaga.
  • Intercambio de anillos en boda. Si eres amante de los tatuajes (yo no lo haría ni loco), es un pasote tatuárselos en directo. Y si eres de las que no quiere llevar anillo, las ceremonias finales como; la vela, arena, vino, rosas, lazo celta… puede sustituir este tradicional momento. Claro esta que puedes ser de las que lleva anillo y hacer el intercambio como siempre se ha hecho, lo tradicional también funciona.
  • Ceremonia final. Si bien es cierto que hace unos 10 años era una novedad, para mi gusto está quedando un poco anticuado, pero ahí aguantan las ceremonias finales que citaba en el punto anterior.
  • Salida de la Ceremonia de boda. Uno de los momentos más épicos, donde tenéis que elegir una canción muy muy top. ¡La salida siempre tiene que ser triunfal! La pericia del DJ de boda haciendo coincidir el momento de vuestra salida con el “subidón” del tema elegido, puede hacer que el momento pétalos quede chulísimo.

En definitiva, se puede hacer una ceremonia “antiprotocolaria” y que a la vez sea elegante. Todo depende de la capacidad de emocionar del o la oficiante, su porte, las pausas, el tono… en definitiva; él o ella llevan el peso emotivo de la ceremonia.

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¡Nos vemos la semana que viene!

Un saludo,

Alex Muñoz